Esperanza al migrante
Soy Barbara Gómez, soy inmigrante y vengo de Venezuela, vivo en el basurero de reciclaje.
En Venezuela estábamos relativamente estables económicamente y por medidas de seguridad todos tuvimos que salir. Muere mi mamá y nuestro único refugio fue buscar al Señor porque creímos que ya no había sentido para nuestra vida, que nada valía la pena. Teníamos que encontrar esa fuerza para poder seguir adelante cada día, para saber que había algo grande y maravilloso para seguir luchando.
Eso lo encontré en la Palabra de Dios, ese fue mi único refugio, esa fue mi única fortaleza, mis únicas ganas de seguir viviendo.
Hemos dejado nuestra nación y familia por un sueño, pero allí, en medio de la soledad, el hambre y el frío, Dios nos acompaña y la Biblia es nuestra fuerza y esperanza.
Con tu donativo la Palabra de Dios llegará a quienes más lo necesitan.
Soy Barbara Gómez, soy inmigrante y vengo de Venezuela, vivo en el basurero de reciclaje.
En Venezuela estábamos relativamente estables económicamente y por medidas de seguridad todos tuvimos que salir. Muere mi mamá y nuestro único refugio fue buscar al Señor porque creímos que ya no había sentido para nuestra vida, que nada valía la pena. Teníamos que encontrar esa fuerza para poder seguir adelante cada día, para saber que había algo grande y maravilloso para seguir luchando.
Eso lo encontré en la Palabra de Dios, ese fue mi único refugio, esa fue mi única fortaleza, mis únicas ganas de seguir viviendo.
Hemos dejado nuestra nación y familia por un sueño, pero allí, en medio de la soledad, el hambre y el frío, Dios nos acompaña y la Biblia es nuestra fuerza y esperanza.
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